ARTIGA, F. J. Epitome de la elocuencia española. Madrid: Viuda de A. Vindel, 1747.
Artiga. 1747
[p. 239] La Alegorìa, Ironìa, / Hyperbaton, y se junta / el Hyperbole, y en todas / la gran propriedad se busca. // La Alegoría es la mas / universal, porque encumbra / las virtudes de un sugeto / con otro, y con mas industria. // Es lo mesmo que Metapbora, / sino que essa se pronuncia / en una voz sola, y esta / siempre esta fundada en muchas. // Con facilidad se altera / à enigma, quando es obscura, / quando impropria á catacresis, /ò à metalepsis se ajusta. // Al hacerla has de advertir, / que para darle hermosura, / por la misma, causa, que / principiaste, la concluyas. // Si la haces en un jardin, / no has de usar de cosa alguna, / que al jardin no sea muy propria, / porque no havria figura. // Pues sería gran delicto, / principiar con espesuras / de jazmines, y acabarla / en campal escaramuza.
Metalepsis
Artiga. 1747
[p. 238] La Metalepsis discurre / una agudeza, que oculta / baxo la voz del concepto / significacion aguda. // Abriles nombra por años, / por dias los que el Sol muda / orientes, y por espigas / años entiende, y por frutas.
BARBERÁ Y SÁNCHEZ, J. Reglas ordinarias de retórica ilustradas con exemplos de oradores y poetas del Siglo de Oro, para uso de las escuelas. Valencia: Imprenta de Francisco Burguete, 1781.
Barberá y Sánchez. 1781
[54-55] La Alegoría, en latin Inversio, es una Metáfora continuada, en la qual se dice una cosa en las palabras, y se entiende otra en el sentido, como: Etenim ista tua minime avara conjux, quam ego sine contumelia describo, nimium debet diu Populo Romano tertiam pensionem. (Cic. Orat. Philip. 2. in M. Ant.)
La Alegoría consiste en las palabras tertiam pensionem; porque Cicerón puso tertiam pensionem, en lugar de mortem Marci Antonii.
ESTRADA, M. Abeja crítica española sobre la flor de la elocuencia, ó sea: Retórica primitiva, crítica y selecta, escrita en español. Barcelona: Oficina de Ignacio Estivill, 1821
Estrada. 1821
[p. 58-60] ¿Cuál es el tropo llamado alegoria? R. La alegoria ó en español inversion, es uno de los mas bellos y que mejor adornan la oracion. En ella se describe el objeto representativo y la semejanza nos conduce á hacer esplicacion de la descripcion al objeto presentado. De aquí es que muestra una cosa con las palabras y otra en el sentido. P. Según esto ¿parece lo mismo la alegoria y metáfora? R. Si señor: porque enterados nosotros de la naturaleza y propiedades de la metáfora, nada resta que añadir para la formacion de la alegoria, puesto que esta no es otra cosa sino una metáfora continuada. P. ¿Póngame V. á mi vista alguna alegoria? R. Tal es aquella de Horacio; cuando por el nombre de nave entiende á la república romana; por las olas y tempestades las guerras civiles; por el puerto la concordia y la paz. O aquella famosa del poeta Georg. 2 v. 541: Pero habiendo nosotros caminado un campo tan inmenso en la longura. Ya es tiempo de quitar á los caballos, el yugo de sus cuellos fatigados. Cuyos versos de Virgilio vertidos en el propio sentido diferente del que muestran sus palabras, dicen así:
Mar nosotros un inmens0
Tratado hemos escrito,
Y es justo que descansemos,
Y que demos fin al libro.
Puede algunas veces frecuentarse la alegoria? R. Se frecuenta con mucha belleza y gracia en la oracion; pero pocas veces toda ella: las mas va mezclada de voces claras. Toda lo es en esta oracion de Ciceron: de esto verdaderamente me admiro y me quejo, que de tal suerte quiera un hombre atropellar a otro, son palabras que aportille hasta la nave que el mismo navega. La alegoria imitada, dice Quintiliano, es muy frecuente, à la verdad entendi siempre que tendria que correr Milon, las otras borrascas y tormentas, por lo menos, las que hay en el mar alborotado de los justos. Sino hubiera añadido: por lo menos las que hay en el mar alborotado de los justos. Seria pura alegoria; mas aquí está mezclada. P. ¿Qué resulta de esta mezcla, ó de la alegoria mista? R. Por esta mezcla, la belleza de este tropo resulta de las palabras trasladadas, y de la claridad de las propias; pero ninguna alegoria tiene mas gracia y mayor belleza que las que formamos mezcladas de la semejanza y de la translacion.
GINER DE LOS RÍOS, H. Principios de literatura para texto de los alumnos de retórica y poética en los institutos de segunda enseñanza. Madrid: Librería de la Viuda de Hernando y Compañía, 1892.
Giner de los Ríos. 1892
[92] Se comete al dar á un objeto el nombre de otro semejante á él y prosíguese aplicando al primero en forma continuada todo lo que conviene ó es aplicable al segundo. (…)
Hay muchas composiciones enteras, como los apólogos, etc., que constituyen verdaderas alegorías.
HERRERA DÁVILA, J. Lecciones de retórica y poética. Sevilla: Imprenta de D. Mariano Caro, 1827.
Herrera Dávila. 1827.
Alegoría, voz griega, diversiloquium en latin, esto es, decir una cosa distinta de lo que se piensa: fig. de sent.; es propiamente una metáfora continuada. (V. Metáfora). P.47. [p. 191]
[p. 47] ¿Qué es la Alegoría? R. Una metáfora continuada. Tal es la oda 14 del lib. I. de Horacio en que la nave es figura de la República romana: las olas y las tempestades lo son de las guerras civiles, y el puerto lo es de la paz y union á que el poeta exorta á los Romanos. Son también alegorías los enigmas, las fábulas, las parábolas: lo son igualmente los geroglíficos; con la diferencia de que en aquellas expresan las palabras lo que los colores en estos. El geroglífico excita dos imágenes: la que se vé representa á la que no se vé.
HORNERO DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR, C. Elementos de retórica con egemplos latinos de Ciceron i castellanos de Frai Luis de Granada para uso de las escuelas. Valencia: Benito Monfort, 1777.
Hornero. 1777.
[p. 127-128] Qué cosa es Alegoria, i que se ha de observar para formar una perfecta?. Alegoría es un enlace de Metaphoras, derivadas de un mismo principio. I esto, que decimos, que todas se han de derivar de un mismo principio, es lo único, que se deve tener muy presente para formar una perfecta Alegoria. Egemplo latino de Cicerón: Neque fui tam timidus , ut qui in maximis turbinibus, ac fluclibus Reipublicae navem guvernassem, salvamque in portu colocassem, frontis tuae nubeculam, aut Collegae tui contaminatum spiritum perhorrescerem.
MATA Y ARAUJO, L. De. Elementos de retórica y poética extractados de los autores de mejor nota. Madrid: Imprenta de José Martín Avellano, 1818.
Mata y Araujo. 1818.
[p. 44] La alegoría es una metáfora continuada, y consiste en decir una cosa en las palabras, y entenderse otra en la realidad: como cuando Virgilio dice, églog. 3. Claudite jam rivos, pueri; sat prata biberunt: Cerrad ya los arroyuelos ¡ó muchachos! bastante bebieron los prados: en lo que se les da á entender que dejasen de cantar.
MAYANS Y SISCAR, G. Obras completas III. Retórica. Ed. A. Maestre Sanchís. Oliva: Ayuntamiento de Oliva-Diputación de Valencia, 1984.
Allegoria
[p. 341-342] Esta continuación de metáforas se llama alegoría, de que ai grande abundancia en los refranes: Quien siembra virtud, coge fama (…)
Pero para que aya alegoría, es menester que esta continuación de la significación se haga en el término metafórico, no en el propio. (…)
A veces puede dudarse si ai alegoría o no, por no saberse con certeza a qué término se refiere la sentencia, al propio o al metafórico, o trasladado (…).
[p. 343-345] Pero deve observarse que las alegorías, si son mui freqüentes, hacen la dotrina más admirable que provechosa, como se ve en las obras de Platón, que necesitan un letor ingenioso, erudito i diestro en sacar meollo de lo que dice. (…)
[p. 344-347] La alegoría si es algo oscura, se llama en las sagradas letras parábola, que quiere decir semejanza o comparación.
[p. 345-348] Si la alegoría es mui oscura passa a ser enigma, esto es, dicho oscuro i entricado cuya naturaleza consiste en decir las cosas de manera que la espressión las haga parecer incompossibles, cosa que no puede hacerse por una sencilla composición de palabras, sino que es menester que estas sean metafóricas, o trasladadas, las quales dificultan la inteligencia, porque espressan una idea i ocultan otra, cuya declaración deve ser tan importante que el gusto de descubrirla recompense el trabajo de buscarla (…) entro las enigmas deven contarse los símbolos de Pithágoras,q eu ingeniosa i eruditamente esplicó Lilio Gregorio Giraldo, escritor de rara i esquisita dotrina.
[p. 388-424] Alegoría, que Quintiliano llamó inversio, porque invierte las cosas diciendo una en las palabras i otra en el sentido, i por esso otros la llamaron diversiloquium, esto es, habla de cosas diversas, es una figura que por medio de las partes o circunstancias de alguna cosa dicha por metáfora, o traslación de significación, forma una o muchas sentencias, en que se finge alguna cosa, o bien sea viviente o no viviente.
[p. 390-426] La alegoría, o es clara o oscura.
[p. 390-427] Son oscuras muchas alegorías proféticas de la Sagrada Escritura, i por su misteriosa oscuridad, necesitan de aguda inteligencia i feliz esplicación (…).
PABÓN GUERRERO, A. Rhetorica castellana. Madrid: Oficina de Joachin Ibarra, 1764.
Pabón Guerrero. 1764
[p. 39-40] Alegoria. Es una continuación de metáforas, con la qual se dice una cosa en las palabras, y se entiende otra distinta en el hecho; y assi se llama diversiloquio, esto es, decir una cosa, y sentir otra. Puede ser de dos maneras, una de palabras, y otra de cosas, ó de hechos. La primera es común à los Escritores divinos, y humanos, como lo dice San Agustin por estas palabras: De dos maneras es la alegoria, una de voces, y otra de cosas: la de las voces es una perpetua metafora, v. g. quando dice Isaìas: Habitará el Lobo con el Cordero, y el Tygre con el Cabritillo: el Leon, y el Ternerillo descansaràn juntos. En cuyas palabras, tomadas metafóricamente, entiende el Profeta las Naciones fieras, y barbaras, que en recibiendo la Ley del Evangelio, se havian de amansar, y vivir en la Iglesia de Christo con mucha paz, union, y concordia con los demás Christianos. De los Autores profanos tenemos, entre otros, á Virgilio, que dice: Cerrad ya los ríos, oh muchachos! bastante bebieron los prados. En las quales palabras les quiso decir, dexassen de cantar, que bastante se les havia oído. Y también à Ciceron en Pison, (99) que dice: Ni yo fui tan timido, que haviendo gobernado entre las mayores tempestades, y olas la Nave de la República; y haviendola colocado salva en el puerto, temiesse la severidad de tu rostro, o el contaminado espiritu de tu Colega. Yo vi otros vientos, mirè con el animo otras tempestades, no cedi à otras, que me amenazaban; pero me ofrecí yo uno por la falud de todos. En este discurso se advierte una elegante, y bella continuación de metáforas.
La alegoría de cofas, ò de hechos, que es propria de la Escritura Sagrada, viene á ser el sentido alegórico, el qual despues del literal tiene su uso en los Libros Sagrados; y es, quando sus palabras, ademàs del sentido literal, significan otra cosa tocante à la Fè, ò la Iglesia Militante. Assi lo explica San Pablo, quando dice, hablando de Ismaèl, y Isaac, hijos de Abrahàn: Abrahan tuvo dos hijos, uno de la esclava, (Agar) y otro de la libre (Sara su muger); pero el de la esclava nació segun la carne; mas el de la libre por la promessa: las quales cofas fueron dichas por alegoría, y en ellas estan entendidos los dos Testamentos , &c.
Se suele usar la alegoría para dar obscuridad á la oración en algún caso, que convenga assi; pero si es muy obscura dicha alegoría, passa á ser enigma: (esto, es question, que dificilmente se entiende; al modo que Sanson lo propuso á los Filisteos, quando les dixo: Del que come salió la comida, y del fuerte la dulzura) bien entendido, que en las alegorías se ha de observar lo que advertimos con Quintiliano acerca de las metáforas, que el fin no fea desemejante del principio, y que su uso no sea demasiado frequente, porque se harán ridiculas, y frías.