Retórica y ficción narrativa de la Ilustración a los romanticismos

Distinctio. Crítica literaria aleman

Friedrich Schiller, Über naive und sentimentalische Dichtung / Sobre poesía ingenua y sentimental (1795)

Schiller, Friedrich, Über naive und sentimentalische Dichtung, in Sämtliche Werke, Band V, herausgegeben von Wolfgang Riedel, München, Deutscher Taschenbuch Verlag, 2004, pp. 694-780.

[Schiller, Friedrich, Sobre poesía ingenua y poesía sentimental; en Sobre la gracia y la dignidad. Sobre poesía ingenua y poesía sentimental y una polémica Kant, Schiller, Goethe y Hegel, traducción de Juan Probst y Raimundo Lida, Barcelona, Icaria, 1985, pp. 67-157].

Schiller, F. (trad. de Wolfgang Riedel, 2004) 

[pp. 720-721] Ganz anders verhält es sich mit dem sentimentalischen Dichter. Dieser reflektiert über den Eindruck, den die Gegenstände auf ihn machen, und nur auf jene Reflexion ist die Rührung gegründet, in die er selbst versetzt wird und uns versetzt. Der Gegenstand wird hier auf eine Idee bezogen, und nur auf dieser Beziehung beruht seine dichterische Kraft. Der sentimentalische Dichter hat es daher immer mit zwei streitenden Vorstellungen und Empfindungen, mit der Wirklichkeit als Grenze und mit seiner Idee als dem Unendlichen zu tun, und das gemischte Gefühl, das er erregt, wird immer von dieser doppelten Quelle zeugen. Da also hier eine Mehrheit der Prinzipien statt findet, so kommt es darauf an, welches von beiden in der Empfindung des Dichters und in seiner Darstellung überwiegen wird, und es ist folglich eine Verschiedenheit in der Behandlung möglich. Denn nun entsteht die Frage, ob er mehr bei der Wirklichkeit, ob er mehr bei dem Ideale verweilen – ob er jene als einen Gegenstand der Abneigung, ob er diese als einen Gegenstand der Zuneigung ausführen will. Seine Darstellung wird also entweder satirisch, oder sie wird (in einer weitern Bedeutung dieses Worts, die sich nachher erklären wird) elegisch sein; an eine von diesen beiden Empfindungsarten wird jeder sentimentalische Dichter sich halten.

Schiller, F. (trad. Juan Probst y Raimundo Lida, 1985)

[p. 95] Muy otra cosa ocurre con el poeta sentimental. Él medita en la impresión que le producen los objetos, y sólo en ese meditar se funda la emoción en que el poeta mismo se sume y en que nos sume a nosotros. El objeto es referido aquí a una idea, y su fuerza poética se basa únicamente en esa relación. Así el poeta sentimental tiene siempre que vérselas con dos representaciones y sentimientos en pugna, con la realidad como límite y con su idea como lo infinito, y la emoción mixta que provoca dará siempre testimonio de esa doble fuente. Como se está, pues, ante una pluralidad de principios, lo que importa es cuál de los dos prevalecerá en el sentimiento del poeta y en su expresión, y es posible, por lo tanto, diversidad de tratamiento. Porque surge ahora el problema de si el poeta prefiere insistir más bien en la realidad o en el ideal: de si prefiere representar la realidad como objeto de aversión o el ideal como objeto de simpatía. Su exposición serás pues satírica o será elegíaca (en el sentido más amplio del término, que se explicará más adelante). A uno de esos dos modos de sentimiento debe atenerse todo poeta sentimental.]