Retórica y ficción narrativa de la Ilustración a los romanticismos

Emphasis. Crítica literaria español

CAPMANY Y MONTPALAU, Antonio de. Filosofía de la eloquencia. Madrid: Antonio de Sancha, Madrid, 1777.

Capmany y Montpalau, A. de 1777

[p. 208-209]Es aquella figura, por medio de la cual pocas palabras dan a entender muchas más cosas de las que dicen, y aun a veces las que no dicen.

Para que un pensamiento sea enfático, debe tener una expresión sencilla, breve, y natural; que encierre mucho en corto espacio, y ocupe por consiguiente la reflexión del oyente en concebir toda la extensión de las palabras, que en su sentido respectivo no la explican.

Así podemos decir que la idea enfática no es mas que una consecuencia sutilmente deducida de una idea general, que por su fecundidad se extiende a otras muchas.

Un célebre escritor, hablando de la credulidad con que un autor escribe la historia de su país, dice: Es un hijo que pinta a su madre. Otro orador, ponderando la indulgencia de Marco Aurelio con los que podían haber ofendido su potestad, dice: Es que el filósofo siempre perdonó los agravios hechos al Príncipe.

Del famoso Descartes dice otro: Parece que la Providencia le condenó a ser grande hombre; como quien dice, a ser objeto de las contradicciones que siempre han padecido las almas extraordinarias. César, queriendo animar al barquero que le pasaba del Epiro a Italia, en medio de la tempestad le dice: No temas: llevas a César: esto es, al que la fortuna acompaña.

Así como hay expresiones que significan más de lo que por sí dicen, las hay que no significan lo mismo, que dicen; tales son cuando decimos: El que no tiene hombre no es hombre; esto es, el que carece de valedor no hace fortuna. También decimos: Pedro tiene buenos brazos, por buenos protectores.


MARÍN Y MORALES, V. Lecciones de retórica y poética. Manila: Imprenta del Colegio de Sto. Tomás, 1895.

Marín y Morales, V.  1895

 [p. 121] Algunos consideran el énfasis como la figura contraria á la perífrasis, haciéndola consistir en que se significa con ella más de lo que queremos expresar; v. gr.:Un padre honrado reprende á su hijo indigno de este modo:

¿Tú eres mi hijo? Aquí las palabras tú, mi, é hijo son enfáticas.