Retórica y ficción narrativa de la Ilustración a los romanticismos

Hyperbole. Crítica literaria inglés

 BLAIR, Hugh. Lectures on Rhetoric and Belles Lettres, Linda Ferreira-Buckley and S. Michael Halloram (eds.), Carbondale: Southern Illinois University Press, 2005.
(La primera edición apareció en 1783)

 Blair, Hugo: Lecciones sobre la retórica y las bellas letras, José Luis Munarriz (trad.), Madrid: Ibarra, 1817, 3ª ed.
(La primera edición apareció en los años 1798-1801. Creo que convendría citar de ella la versión definitiva)

 

[Blair, 170]  It consists in magnifying an object beyond its natural bounds.

[Blair 2: 73]  Consiste esta en engrandecer un objeto sacándolo de sus límites naturales. 

[Blair 170-71]  …the Hyperbole is a Figure of difficult management; and ought neither to be frequently used, nor long dwelt upon. On some occasions, it is undoubtedly proper; being, as was before observed, the natural style of a sprightly and heated imagination ; but when Hyperboles are unseasonable, or too frequent, they render a composition frigid and unaffecting. They are the resource of an author of feeble imagination.

[Blair 2: 75] … el hipérbole es una figura difícil de manejar: y que no debe usarse con frecuencia; ni se debe insistir mucho en ella. Hay ocasiones en que sin duda es oportuna; siendo, como ya he observado, el estilo natural de una imaginación viva y acalorada: pero cuando son inoportunos, ó demasiado frecuentes los hipérboles, hacen fria y lánguida la composición: son el recurso de un autor de imaginación débil. 

 Hyperboles are of two kinds; either such as are employed in description, or such as are suggested by the warmth of passion. The best by far, are those which are the effect of passion (…) All passions, without exception, love, terror, amazement, indignation, anger, and even grief, throw the mind into confusion, aggravate their objects, and of course, prompt a hyperbolical style. (Blair 171)

[Blair 2: 75] De dos clases son los hipérboles. Hay unos que se emplean para describir; y otros que los sugiere el ardor de la pasión (…) Todas las pasiones sin excepción, el amor, el terror, el asombro, la indignación, la cólera, y aun el dolor llenan de confusión el ánimo: abultan los objetos: y de consiguiente inspiran un estilo hiperbólico. 

In simple description, though Hyperboles are not excluded, yet they must be used with more caution, and require more preparation, in order to make the mind relish them. Either the object described must be of that kind, which of itself seizes the fancy strongly, and disposes it to run beyond bounds; something vast, surprising, and new; or the writer’s art must be exerted in heating the fancy gradually, and preparing it to think highly of the objectwhich he intends to exaggerate. When a Poet is describing an earthquake or a storm, or when he has brought us into the midst of a battle, we can bear strong Hyperboles without displeasure. But when he is describing only a woman in grief, it is impossible not to be disgusted with such wild exaggeration as the following, in one of our dramatic Poets:

―I found her on the floor

In all the storm of grief, yet beautiful;

Pouring forth tears at such a lavish rate,

That were the world on fire, they might have drown’d

The wrath of Heaven, and quench’d the mighty ruin.

                                                                                              Lee

This is mere bombast. The person herself who was under the distracting agitations of grief, might be permitted to hyperbolize strongly; but the spectator describing her, cannot be allowed an equal liberty; for this plain reason, that the one is supposed to utter the sentiments of passion, the other speaks only the language of description, which is always, according to the dictates of nature, on a lower tone: a distinction, which, however obvious, has not been attended to by many writers. (Blair 171-72)

Aunque no deben excluirse los hipérboles de la simple descripción; con todo deben usarse en esta con mas cautela: y deben ir mas preparados; para que hagan en el ánimo una impresión agradable. El objeto descrito debe ser de tal naturaleza, que de suyo embargue la fantasia, y la disponga á salir de sus límites: debe ser alguna cosa vasta, portentosa y nueva: ó el escritor debe poner su arte en ejercicio para acalorar por grados la fantasia, y prepararla á pensar altamente del objeto que intenta describir. Cuando un poeta está describiendo un terremoto, ó una tormenta; cuando nos coloca en medio de una batalla, podemos sufrir sin disgusto hipérboles fuertes: pero cuando está describiendo solamente una mujer dolorida, es imposible que no nos disguste una exageración tan extravagante como la siguiente de uno de los poetas dramáticos ingleses:

 ―I found her on the floor
In all the storm of grief, yet beautiful;
Pouring forth tears at such a lavish rate,
That were the world on fire, they might have drown’d
The wrath of Heaven, and quench’d the mighty ruin.

 La hallé postrada en tierra, y congojosa;
De dolor traspasada, pero hermosa;
Lágrimas derramando en tal exceso,
Que si el mundo se ardiera, bastarian
Para inundar la cólera del cielo;
Y la ruina total apagarian.

[Blair 2: 77-78] Esto no es mas que hinchazón. La persona embargada de las agitaciones del dolor, pudiera acaso exagerarlo con tanta fuerza: pero no se puede conceder igual libertad al espectador que la describe. La razón es bien clara: se supone que el uno derrama los sentimientos de la pasión, y el otro habla solamente el lenguaje de la descripción; el cual va siempre por un tono mas bajo según lo inspira la naturaleza; distinción que, por obvia que sea, ha sido desatendida de muchos escritores. 

[Blair,  172] Good sense and just taste must determine the point, beyond which, if we pass, we become extravagant.

[Blair 2: 78] El buen sentido, y un gusto correcto son los que han de determinar el punto; pasado el cual llegan ya á ser extravagantes.