HERRERA DÁVILA, J. (1827): Lecciones de retórica y poética. Sevilla: Imprenta de D. Mariano Caro.
Véanse, en especial, los apartados “Bibliografía” (p. 177-189); “Vocabulario” (p. 190-212).
Herrera Dávila, J. 1827.
Licencia oratoria: la libertad que suelen tomarse los grandes oradores para usar algunas frases, figuras ó voces que no están comunmente admitidas. P. 62. [p. 204]
[p. 62] ¿Qué significa la figura Licencia? R. Es una manera de hablar libre y extraordinaria en ciertas circunstancias; pero no sin templanza y tino; pues lo contrario en lugar de ser primor de elocuencia, será exceso de mala crianza. Por tanto no es esta figura para muchachos, ni para hombres que no saben de filosofía de corazon. Vease este ejemplo de Demóstenes. «¿Qué nunca habeis de hacer otro que andaros por esa ciudad, preguntando unos á otros, que noticias hay? ¿Ha muerto Filipo? dirá este: no; responderá aquel, solo está enfermo. ¿Y qué os va á vosotros en que viva Filipo, ó en que muera? Aunque el cielo os librase de él, vosotros os haríais otro Filipo.»
MAYANS Y SISCAR, G. Obras completas. Vol. III. Retórica. 1755. Ed. A. Maestre Sanchís. Oliva: Ayuntamiento de Oliva-Diputación de Valencia, 1984.
[p. 408 § 12] Licentia en latín, según Cornificio, en griego parresia, en castellano, libertad, o desemboltura de hablar, es una discreta ostentación de decir con libertad, tan aparta de ofender que antes bien obliga. (…) No es lo mismo, pues, hablar libremente que figurar en la oración con la licencia, porque la libertad de hablar las más veces ofende; i esta desemboltura de la licencia templada con discreción, solamente tira a amonestar o reprehender amorosamente, i por esso, i para que no se ofenda el oyente, conviene pedir licencia para hablar así i anticipar las alabanzas dél, declarar el amor que se le tiene, decir que el deseo de su bien precisa a hablar así, manifestar el sentimiento que tiene el que habla de sus demasías, i echar a otros la culpa, i tal vez a sí mismos.